martes, 31 de octubre de 2017

En "Las nueve musas", "Gigantes intelectuales".



Las nueve musas ediciones es un semanario de artes, ciencias y humanidades. Acaba de publicar un texto en el que se hace referencia a mis dos ensayos: Contra la nueva educación y La Sociedad Gaseosa. Dejo aquí dos párrafos en los que se mencionan algunos de mis planteamientos:

(...) sin reclamar ningún autoritarismo anacrónico de tiempos pretéritos, hay elementos de nuestra larga tradición educativa totalmente válidos que, modernamente, son puestos en cuestión de forma insensata y disparatada, con cierto esnobismo, constituyendo esa vacuidad ramplona propia de la sociedad gaseosa[5] –que llega a vincularse a cuestiones emotivas o a seudociencias new age– que tan bien denuncia el profesor Alberto Royo[6], entre otros, en la medida en que es una crítica razonada a esa (seudo)pedagogía que desprecia el conocimiento y la cultura y apuesta, como dice este autor, por la felicidad ignorante y la empleabilidad de ocasión.

Muchos habrán de coincidir al menos en que es certero en la crítica a esa despersonificadora y uniformante búsqueda de la rentabilidad (efímera) y al desprecio de la tradición, con una obsesión innovadora que se vuelve perniciosa cuando ve la innovación como un fin en sí mismo y no como un medio, fomentando el consumismo sin criterio –o peor aún, teledirigido- y contribuyendo a una especie de educación placebo que supone el arrinconamiento de las humanidades mientras crece el apego por el escaso rigor de la seudociencia o la autoayuda que poco tiene de ayuda en cuanto a la adquisición de conocimientos y cultura por parte de los jóvenes, quienes, muchas veces, pese a lo que algunos pretenden hacer creer, desean con más ganas de lo que pueda parecer aprender lo que desconocen –aunque cada uno tenga sus gustos, preferencias, aficiones, destrezas, habilidades, etc.- que en ser entretenidos con palabrería vacua e inconsistente que solo conduce en tristísima deflación exangüe a la nada más absoluta (...).

El texto completo puede leerse aquí.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Mi intervención en el debate "La escuela del mañana. Evolución o ruptura"


Después de la mesa redonda celebrada ayer en el Auditorio CIVICAN de Pamplona, dejo un texto que refleja aproximadamente en qué consistió mi intervención, a partir de las tres preguntas que se nos plantearon.

1. ¿Cuáles son las bases pedagógicas del modelo educativo que defendéis?

Desde el punto de vista de las ideas, entiendo la enseñanza, en función de mi responsabilidad como profesor de instituto, como una parte fundamental de la educación del individuo, consistente en la transmisión de una serie de conocimientos que, por complejos y específicos, solo pueden ser transmitidos por un especialista y en el ámbito académico. Esta tarea tiene unas evidentes connotaciones sociales, por el valor intrínseco del conocimiento y por la propia concepción de la escuela como vehículo de ascenso social. Desde el punto de vista de la didáctica, considero que el fin de la escuela es trabajar para lograr la mejor versión de cada alumno, o lo que es lo mismo: garantizar (o hacer lo posible por garantizar) que cada alumno será capaz de llegar al máximo de lo que su capacidad y actitud le permitan, garantizando igualmente el apoyo necesario al que tenga mayores dificultades. Para lograr esta aspiración, defiendo la libertad de cátedra y la libertad metodológica, porque entiendo que es el profesional de la enseñanza el que mejor sabe qué estrategia es la más adecuada para conseguir sus objetivos, adaptándose siempre a cada circunstancia, en un proceso continuo de reflexión, actualización y revisión. Y reivindico una cierta normalidad a la hora de explicar lo que los profesores hacemos, que no tiene por qué ser espectacular o asombroso sino que más bien es artesanal, modesto y pasuado y requiere sobre todo conocimientos, mano izquierda, compromiso, entusiasmo e ideas claras.

2. ¿Cuáles creéis que son los principales retos educativos de los próximos años?

No creo que los retos de la educación del futuro sean distintos de los que afrontaba la educación del pasado. Pienso que hoy, igual que ayer, una persona formada siempre será menos manipulable que una persona ignorante. Pienso también que el espíritu crítico está estrechamente relacionado con una formación académica solvente, como lo está la creatividad o las habilidades sociales. Es más fácil que un ciudadano culto sea empático, solidario o imaginativo que alguien que no tiene una base sólida de conocimientos. Por todo esto, me parece un error pensar que los retos educativos dependen de la época, de las tendencias o de las modas. La enseñanza ha de ser atemporal, como los clásicos. Precisamente, ante el exceso de inmediatez y superficialidad de nuestro tiempo, la escuela debe ser capaz de mantenerse como una institución sólida y de algún modo impermeable, no para cerrarse a la sociedad sino para dejar pasar solo lo más valioso de esta. En mi opinión, el principal problema que nos encontramos hoy en la enseñanza es la confusión. Pondré algunos ejemplos:

a.- Esforzarse y sufrir no son lo mismo. Nadie busca el sufrimiento de nadie, pero es imposible aprender sin esfuerzo. La exigencia, en este sentido, es irreemplazable.
b.- Educar las emociones es una redundancia, puesto que el conocimiento ya es en sí mismo emocionante.
c.- Aprender, saber, puede contribuir a la felicidad, pero el fin de la escuela no puede ser proporcionar felicidad sino conocimientos.
d.- Si convertimos la institución escolar en un centro de terapia, o si pretendemos que la labor del profesor deje de ser docente y pase a ser asistencial, estaremos abandonando a quienes realmente necesitan terapia y ayudas específicas y dejando de atender profesionalmente a los que buscan conocimiento.
e.- De manera similar, si apostamos por entretener en lugar de formar, solo aquellos que dispongan en su entorno de cierto nivel cultural, podrán acceder a él. El entretenimiento está casi en cualquier parte; el conocimiento y la cultura, no.
f.- Solo aquel que ha enseñado puede considerarse experto en educación.
g.- Es urgente apelar a la naturalidad y a la confianza en la educación. Naturalidad para asumir de qué forma uno aprende. Confianza para encomendar a los profesores la formación de nuestros hijos.
h.- Innovar no es bueno ni malo. Depende. Lo sensato es conservar aquello que es valioso y que funciona razonablemente bien y modificar lo que se ha demostrado ineficaz.
i.- La educación no puede ser un banco de pruebas ni los alumnos y profesores conejillos de indias. Toda propuesta pedagógica seria ha de estar avalada por la experiencia y respaldada por la evidencia. Da igual que hablemos de los estilos de aprendizaje, de las inteligencias múltiples o del brain-gym.
j.- No hay nada más estimulante para un alumno que comprobar que progresa, que aprende, que evoluciona. La motivación está, pues, en el mismo conocimiento. Aprender es, en cierta manera, adictivo.
h.- Ni el conocimiento ni la inteligencia son democráticos. No todos tenemos la misma capacidad ni necesitamos las mismas dosis de esfuerzo. El más capaz, con menos, aprende enseguida; el menos capaz, tendrá que esforzarse más. Pero en todo esto hay algo de justicia: alguien menos capaz pero más perserverante que otro, podrá alcanzarle e incluso llegar más lejos que él.
i. El aprendizaje cooperativo puede ser útil, siempre que no sustituya al imprescindible trabajo individual.
j.- Internet es una fuente de información provechosa para quien tiene una base de conocimientos. Para quien no, es una magnífica manera de desorientarse.
h.- Ningún profesor que sabe poco, puede enseñar bien.
i.- Lo rápido y lo cómodo no siempre son lo mejor. El reto del aprendizaje es que lleva tiempo y esfuerzo.
j.- El ejercicio intelectual nunca es pasivo.
h.- Los hábitos son indispensables para poder aprender. Cuando antes se tengan, menos traumático resultará.
i.- La enseñanza es una labor discreta y de resultados tardíos. Uno siembra curiosidad y gusto por aprender, trata de contagiar entusiasmo y de generar expectativas, con la intención de que en la mayoría de los alumnos cale y suponga una influencia positiva para ellos.
j.- Para madurar, es el alumno el que ha de ir adaptándose al entorno y no al contrario. Acomodar todo al estudiante es, en mi opinión, un grave error.
k.- Preocuparnos por nuestros hijos no es hacerlo solo por su bienestar.
l.- Las buenas intenciones no tienen por qué dar buenos resultados.

3. ¿Qué consideráis que es prioritario cambiar del actual modelo educativo?

Aludiendo al título de esta mesa redonda, creo que la enseñanza no debe apostar por la ruptura sino por la evolución, pues toda renovación ha de basarse en lo conocido, bien como inspiración, bien como diferenciación. Solo desde el profundo conocimiento de lo que uno se trae entre manos es posible trascenderlo para mejorarlo. Así que si, sin entrar en detalles, pues ya he ido dejando pinceladas de mi planteamiento, me parece urgente reclamar que el debate educativo esté guiado por la racionalidad y que se apueste más por lo sensato que por lo mediático. Solo con esto, habríamos ganado mucho. En cuanto al modelo educativo actual, lo primero que hay que aclarar es que desde el año 90, con la implantación de la LOGSE, apenas ha habido cambios. Podríamos decir que seguimos con aquella ley, aunque matizada en sucesivas normativas que en ningún caso han modificado el espíritu de aquello. Luego criticar la LOGSE sin hacer lo propio con la LOMCE, o viceversa, en un ejercicio de maniqueísmo. Dicho esto, creo que algunas ideas que podrían mejorar nuestro modelo educativo son:

- Situar al conocimiento y no al alumno como centro del sistema.
- Eliminar la promoción automática y reconocer el mérito del buen estudiante.
- Considerar la igualdad como punto partida y no de llegada, proporcionando los medios necesarios para que los alumnos con dificultades puedan progresar sin tener que bajar el nivel de todos.
- Entender que es absurdo asignar el papel de experto a personas sin experiencia en el aula y decidir en función de las opiniones de los únicos expertos en la enseñanza, que somos aquellos que la ejercemos.
- Recuperar la confianza de algunas familias en el compromiso y buen hacer del profesor.
- Prestigiar el saber y la cultura a nivel social.
- Tratar la enseñanza de manera seria y responsable, sin frivolidades ni ocurrencias que le confieren más un cariz de espectáculo que del servicio público tan importante que es.

De manera más concreta y desde mi experiencia, día a día, en el aula, puedo explicar de qué manera estoy seguro de que mi trabajo mejoraría:

1º.- Con un número de alumnos mucho más reducido. Piensen que tengo aproximadamente treinta alumnos adolescentes en cada grupo.
2º.- Con una adecuada consideración social del docente, y un mayor respeto al maestro como autoridad intelectual y profesional, que sin duda redundaría en una mejor actitud generalizada en los alumnos.
3º.- Con un nivel de exigencia apropiado que no permitiera a ningún alumno tener la sensación de que con poco esfuerzo terminará titulando.
4º.- Con una reducción de tareas burocráticas que restan tiempo al profesor para preparar bien sus clases.
5º.- Con una concienciación de todos respecto a la imprescindible generación de hábitos de trabajo desde las primeras etapas educativas, que no obliguen a un profesor de Secundaria a exigir unos hábitos que el alumno debería haber adquirido tiempo atrás.

miércoles, 18 de octubre de 2017

La escuela del mañana. Evolución o ruptura. Mesa redonda en Auditorio CIVICAN de Pamplona




El martes que viene, día 24, participaré en un debate educativo titulado "La escuela del mañana. Evolución o ruptura". Organiza Fundación Caja Navarra. Aquí dejo la información. Para reservar la entrada (aunque el acceso es gratuito, aquí).

LA INCUBADORA. ESPACIO EDUCATIVO. LA ESCUELA DEL MAÑANA. CAPSULA 1 -LA ESCUELA DEL MAÑANA, EVOLUCION O RUPTURA-

Fundación Caja Navarra, en su centro sociocultural, proyecta un espacio educativo donde desarrollar ideas con el objetivo de satisfacer las necesidades de jóvenes, padres y educadores. Se pretende fomentar el espíritu innovador, la creatividad y nuevas formas de trabajar, para generar una red de intercambio de conocimiento entre los agentes implicados en el proceso educativo.

A través de charlas, denominadas cápsulas, se generarán ideas y proyectos que se llevarán a la práctica en experiencias vivenciales y compartidas.

En el último trimestre de 2017 se analizarán las diferentes posturas existentes sobre los diversos modelos educativos que perfilarán "la escuela del mañana".

LA ESCUELA DEL MAÑANA, EVOLUCION O RUPTURA

Mesa redonda con Alberto Royo, profesor de secundaria en la educación pública, un representante del Colegio Jesuitinas de Pamplona, y un representante de Nalúa Montessori.

Modera Maite López, profesora de la UPNA.

En los últimos años, nuestra sociedad ha experimentado profundos cambios y la escuela como institución educativa no es ajena a estas transformaciones. El profesorado tiene que ser consciente de que el futuro habita en las aulas y que hay que propiciar la formación de personas que sean autónomas, felices, y que contribuyan al desarrollo de nuestra sociedad.

Por medio de esta mesa redonda, se conocerán diferentes experiencias educativas que buscan preparar de la mejor forma posible a su alumnado para la vida. Se entablará un diálogo para conocer en profundidad diferentes maneras de trabajar en el aula y entender su postura ante los retos educativos actuales y futuros.

lunes, 9 de octubre de 2017

jueves, 5 de octubre de 2017

Crítica de "La sociedad gaseosa", en ACEPRENSA




Alberto Royo, musicólogo y profesor de secundaria, publicó hace un año Contra la nueva educación, un ensayo de título poco ambiguo en el que criticaba las pedagogías de moda centradas en la motivación del alumno y su bienestar emocional. Ahora, en La sociedad gaseosa, Royo extiende el foco de su análisis –y de su crítica– a otros aspectos de la vida moderna, aquejados, según él, de los mismos prejuicios antiintelectuales, de la misma superficialidad y relativismo. No obstante, en la mayoría de los capítulos, el punto de origen de la invectiva sigue estando en la educación. Quizás porque de aquí se hayan extendido los males a esos otros ámbitos, o porque las aulas ofrezcan las condiciones de “laboratorio” que permiten un diagnóstico más certero.

Como explica el autor en los primeros capítulos, defender hoy en día el rigor intelectual, las convicciones sólidas, el esfuerzo, la virtud o la responsabilidad individual (como contraposición a los condicionamientos sociales), le puede acarrear a uno el riesgo de ser tachado de reaccionario, elitista o adoctrinador. A Royo parece no importarle: fustiga sin piedad el relativismo y el cinismo moral, la falsa idea de equidad que lleva a igualar en la mediocridad, la obsesión por la innovación o la hipertrofia de lo emocional en nuestra sociedad. Se puede decir que la diana común de todos sus dardos es el llamado pensamiento débil, clave en el ideal de posmodernidad.No es Royo un pensador conservador –o al menos él no se considera así–, sino más bien un nostálgico de una izquierda que desde hace tiempo “abandonó la bandera de la responsabilidad individual” (también en el ámbito de la cultura, aunque no solo), dejándola en manos de los sectores más liberales. Como ejemplo de que estos valores no siempre han sido ajenos al progresismo, Royo cita abundantemente textos de Gramsci.

El libro, aunque heterogéneo en cuanto a la longitud y profundidad de los capítulos, posee coherencia en lo argumental, y se atreve a cuestionar ciertos dogmas del progresismo bienpensante de nuestros días, como el supuesto sexismo de los juguetes para niñas y para niños, o la idea de que todos los males educativos vienen de la LOMCE.

Ahora bien, como en Contra la nueva educación, Royo vuelve a caer en un antiliberalismo que en ocasiones resulta forzado: el libre mercado puede contribuir a la vacuidad intelectual y conducir al relativismo que el autor denuncia, pero las causas profundas están más allá. Del desprestigio de la moral y las convicciones sólidas tiene más culpa la sospecha contra la metafísica de la Ilustración que Adam Smith. 

lunes, 2 de octubre de 2017

"Contra la nueva educación" se comercializa también como "audiolibro"



Plataforma Editorial ha acordado con Audible, propiedad de Amazon, la producción y comercialización de mi primer ensayo, Contra la nueva educación, en formato audiolibro en español, y está ya a la venta tanto en España como en cualquier país del mundo con acceso a internet. El audiolibro se adapta a cualquier formato, así que se puede escuchar tanto en el ordenador, como en un móvil Apple o Android, tabletas, etc. Lo único que se necesita es tener descargada la aplicación gratuita de Audible para poder acceder a los audiolibros que uno haya comprado y tenga disponibles.

El audiolibro está a la venta en el sitio web de Audible (aquí).