miércoles, 31 de enero de 2018

Hiperniños



Eva Millet publicó en 2016 "Hiperpaternidad", un texto tan necesario como divertido. Profundizando en este fenómeno de la hiperpaternidad, publica ahora "Hiperniños", para el que tuvo la amabilidad de pedirme algunas valoraciones que han sido incluidas en el libro. Lo recibí hace unos días dedicado, y ya está leído y disfrutado. Puede encargarse ya en Casa del Libro. A partir del día 5 de febrero, en las librerías.
No se lo pierdan.

lunes, 29 de enero de 2018

Lo que estamos construyendo




Lo que estamos construyendo es el nuevo libro de Pablo López, nuestro querido Guachimán. Más munición para la batalla que estamos librando en defensa de este oficio, antes respetado y hoy vapuleado. En estos tiempo de educación-espectáculo, nada mejor que un texto magníficamente escrito, sin alharacas, directo a la raíz del problema, y aportando soluciones que, por supuesto, nadie tendrá en consideración. Enhorabuena a Pablo, muchas gracias por la dedicatoria y por incluir mis dos ensayos publicados hasta ahora como referencia bibliográfica, al lado de tan insignes francotiradores, y larga vida a Lo que estamos construyendo. Ah, el prólogo lo firma el amigo Ricardo Moreno Castillo, claro síntoma de que el ensayo no está en la línea del pedagogismo. 

lunes, 22 de enero de 2018

Congreso "Mentes brillantes", octava edición. Madrid. Abril de 2018


La semana pasada acepté, tras recibir el permiso del director de mi instituto, la invitación de Joaquin Zulategui para participar como ponente en la octava edición de un congreso "multidisciplinar" cuyo formato comprende veintiuna ponencias de veintiún minutos, y que se celebra anualmente en el Circo Price de Madrid los días 26 y 27 de abril, con el patrocinio de National Geographic. 

Es un honor honor de compartir "bloque" con el Dr Antonio Escohotado y el Profesor Gregorio Luri. También es una responsabilidad hablar antes o después de ellos, ante más de dos mil personas, en un evento que parece tener una gran repercusión mediática. Precisamente este hecho es el que me ha inspirado el enfoque que tengo pensado dar a mi intervención y que ya he comenzado a preparar, con calma, reflexionando bien qué quiero decir, cómo quiero decirlo y por qué. Estoy seguro de que será una buena experiencia.

A continuación, el vídeo promocional del congreso de 2017



viernes, 19 de enero de 2018

En "Informa Valencia"


En el diario digital "Informa Valencia" se hace referencia a algunas de mis observaciones sobre la necesidad de valorar el trabajo individual, algo que he sostenido en mis dos ensayos, Contra la nueva educación y La Sociedad Gaseosa. Me reconforta que se haya entendido bien (no siempre ocurre) que mi defensa del trabajo individual no supone un desprecio al trabajo cooperativo, sino un intento de conciliar ambas estrategias, siempre teniendo claro que la segunda no es posible sin la primera. En el texto:
El equilibrio es prácticamente imposible de alcanzar pero, como explica Alberto Royo, necesitamos acompasar las bondades del trabajo colaborativo y cooperativo con la importancia del esfuerzo personal, individual. La clave está en cambiar el ángulo de enfoque desde el que se afronta el estudio.
El artículo completo, aquí.

miércoles, 17 de enero de 2018

Telemática realidad. En El Mundo.


Internet ha pulverizado el tiempo. Desbocados, acelerados, con la información convertida en mercancía sumamente perecedera, estamos afectados de un doble mal: la fugacidad y la futilidad. La fugacidad impide detenernos, y sólo si nos detenemos podremos estudiar lo suficiente como para extraer, con criterio, lo verdadero de lo falso. Por su parte, la futilidad es consecuencia lógica de lo realizado con prisa y sin esfuerzo, a simple golpe de click. Mucho de lo que aparece en las redes sociales es puro humo que pronto se disipa porque no sirve, no construye, no crea y mejora. Sólo aquello que es verdaderamente útil resiste al paso del tiempo, permanece, de ahí que esta realidad vivida en instantes sea cada vez menos sólida y más gaseosa -ni siquiera ya líquida- como nos recuerda Alberto Royo en su último ensayo.

Así comienza la tribuna, publicada hace pocos días en El Mundo, de Alfonso Pinilla García, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura.

El artículo completo puede leerse aquí.

Referencia en "Las provincias".


No me habría imaginado citado en un artículo sobre fútbol. Ni siquiera estoy seguro de que la frase entrecomillada esté en La sociedad gaseosaEn cualquier caso, en el texto "Sufrida fe granota", encontramos una referencia a mi segundo ensayo, en relación con los niños aficionados al Levante:

Como escribía Alberto Royo sobre la educación actual en España en el libro 'La sociedad gaseosa', a los niños (y niñas, por supuesto) se les educa «en un mundo sin relatos donde los hombres deban tomar decisiones morales y sin cuentos donde haya malos que se comen a los niños (los únicos malvados serían los aficionados a los toros)».

El texto completo, aquí.

¿Somos o no somos "mayorinos"?


Gema Lendoiro me entrevistó para La razón hace poco a raíz de algunas noticias recientes. A continuación, la transcripción de la entrevista, que puede leerse aquí.

Siete veinteañeros deciden pasar el día en la montaña. En concreto en L´Angliru, un puerto de montaña del principado de Asturias. Acuden en un 4 x 4 con muchas ganas de pasar un buen día pero con poca previsión de quedarse atrapados en la nieve. Y es que, en la época dorada de toda la información que necesites a golpe de click (incluida la previsión del tiempo), a estos chicos les sorprendió la dureza de la montaña. Pero no solo les sorprendería eso, les pillaría totalmente desprevenido algo que ni imaginaban: una bronca por parte de un operador del 112.


Dicho operador, tras una tensa y breve conversación con uno de ellos y, ante la imposibilidad de subir a rescatarlos le soltó la frase que se ha hecho viral estos días: Ya somos mayorinos. Sin embargo el operario se equivocaba porque no, no somos mayorinos. Al menos no todos o no siempre.

Dicha frase, más propia de un padre que de un operario en ejercicio de su profesión, ha generado muchísima controversia y una división. Los que opinan que tiene toda la razón del mundo en haber dicho eso y los que piensan que, en primer lugar no debería haber dicho eso en su faceta de operario del 112 y en segundo, que los chicos no son responsables de que la nevada les pillara desprevenidos (no tenían tampoco ropa adecuada para salir de ahí caminando).

Alberto Royo es autor de los libros Contra la Nueva Educación y La sociedad gaseosa. En este último libro plantea, con mucho sentido común, cómo la sociedad actual ha dejado de ser sólida para pasar a ser gaseosa. Un ensayo que analiza cómo triunfan las personalidades que tienden a buscar desesperadamente lo inmediato, lo fácil y lo rápido sin trabajo, sin esfuerzo, sin plantearse las consecuencias que tiene ir por la vida sin una reflexión profunda. Una sociedad llena de personas acostumbradas al hedonismo y lograr el éxito efímero.

-Cae una gran nevada y miles de conductores se quedan atrapados en el coche a pesar de que se había avisado de que esto podía suceder. Muchos iban bien equipados pero la mayoría no llevaban cadenas por lo que interrumpieron la circulación de los que sí. Sin embargo la sociedad, al menos parte de ella y, por supuesto quienes están en la oposición, cargan contra el Estado. ¿Esto es un claro ejemplo de la infantilización de la sociedad?

-En primer lugar, es un ejemplo de cómo nuestros políticos, que no dejan de ser reflejo de los ciudadanos, son capaces, demasiado a menudo, de reprochar o respaldar una actuación según convenga (no hay más que acudir a las declaraciones que se han producido en situaciones similares, pero con diferente partido en el gobierno). Pero es también una muestra de que cada vez nos cuesta más asumir nuestras responsabilidades, tan acostumbrados como estamos a culpar de todo a los demás. Y esto, pienso, nos resta credibilidad a la hora de poder criticar, reprochar o reivindicar.

-Se ha hecho viral el vídeo de Ya somos mayorinos. ¿Qué le pareció?

-Me parece que al igual que hemos pasado de la sociedad líquida a la gaseosa, estamos pasando de la generación blandita a la generación tirana, que es la evolución natural de aquella y a nadie debería sorprender. Así que, como dice el refrán, habrá que arar con estos bueyes. Mientras tanto, propondría un reconocimiento público para la persona del 112 que atendió a esos chicos. ¿Quizás un premio “a su labor educativa”?

-Esto trasciende nuestras fronteras. H&M publica en su web una foto de un niño de raza negra con una sudadera que reza: “soy el mono más molón de la selva” y se lía tan fuerte que la empresa tiene que rectificar. La piel fina, lo políticamente correcto a la orden del día. ¿La sociedad no piensa en general?

-Este caso puede que sea distinto. No soy favorable a la censura. Me parece que el respeto a la libertad de expresión es algo fundamental. Pero también, ejerciendo la mía, tengo que decir que no me ha parecido afortunado que en la misma publicidad un niño negro sea considerado “el mono más molón de la jungla” y uno blanco “un superviviente”. De todas formas, me parece que la reacción ha sido excesiva, muy propia de estos tiempos de trending topic, y que probablemente se haya hecho un favor a la empresa, que ha conseguido mucha más publicidad. Por otra parte, queda claro que lo políticamente correcto está acelerando la derrota definitiva de la ética a favor de la estética.

-En general, ¿somos una sociedad mucho más débil que la que nos precedió en el tiempo? ¿Por qué?

-Sinceramente, creo que la sociedad ha mejorado en no pocos aspectos. Pero también percibo que la sobreprotección que muchos jóvenes reciben les perjudica porque les deja sin herramientas para afrontar la vida. Es un error mayúsculo evitarles los problemas porque lo que debemos hacer es enseñarles a abordarlos. Paradójicamente, en el momento en el que más preocupación parece haber por los hijos, más dificultades tienen para valerse por sí mismos.
-En su libro, la Sociedad Gaseosa habla muchísimo de esto, de una sociedad que se rige por el lema Me lo deben.

-Encuentro peligroso renunciar a las convicciones. Y encuentro peligroso dejar de pensar de manera libre y dejarnos influir por aquellos cuya opinión nos parece que va a ser mejor aceptada, tan peligroso como ser incapaz de modificar nuestros planteamientos si se nos convence con argumentos racionales. No sé si estamos en la sociedad del “Me lo deben”, pero desde luego no estamos en la sociedad del "Lo voy a conseguir por mérito propio”.

-Hablemos de responsabilidad. ¿Padres, profesores, sistema educativo?

Es una responsabilidad compartida, claro. Pero cada cual tiene que saber y querer asumir la parte que le corresponda. Y apostar por lo adecuado antes que por lo cómodo.